tipo Edificios públicos /// Patrimonio /// Rehabilitación /// Restauración estado Anteproyecto para licitación

Propuesta Licitación Proyecto Básico y de Ejecución y dirección de las Obras de Rehabilitación del Edificio Municipal Casa Lazaga.
- Localización: Calle Real 156, San Fernando, Cádiz.
- Promotor: Ayuntamiento de San Fernando.
- Estado: Oferta propuesta a licitación.
Equipo
- Alt-Q Arquitectura: Francisco Márquez, María J. Albarreal, Mónica González, Juan Cascales y Ana Coronado.
- Colaboradores: Miguel Gimeno, Javier de Sola, Safiya Tabali y Ricardo Aussó Burguete.
- Renders: Vital Studio.
- Asesorías Técnicas:
- Estructuras: Duarte & Asociados.
- Instalaciones: TG- Técnicas Gades y Javier Bellido.
- Jardinería y Paisaje: María Luisa Márquez y Mariano Martín.













Memoria
La casa Lazaga es el exponente más destacado del proceso de renovación de edificaciones en la calle Real a mediados del siglo XIX, tanto por su escala como por el despliegue de recursos económicos y arquitectónicos empleados en su renovación sobre una edificación prexistente.
A la soldadura de los diferentes núcleos asentados a lo largo de la vereda real Cádiz-Madrid, que se produce a lo largo del siglo XVIII y del primer tercio del siglo XIX, le sucede un proceso de asentamiento de las élites burguesas manufactureras, comerciales y militares una vez que el camino transforma su condición en la principal calle urbana de la ciudad de San Fernando. La nueva situación que ha alcanzado la población, al integrar todos los núcleos dispersos a lo largo del antiguo camino, ha puesto a disposición de los grandes hacendados un eje de centralidad ampliado hacia el sur para escenificar su hegemónica condición social.
A los experimentos arquitectónicos dieciochescos, siempre atentos a entender las singularidades programáticas que los sectores emergentes están promoviendo, caracterizadas por una austeridad formal sólo transgredida en las portadas, le suceden proyectos de casa unifamiliares, concebidos a partir de esquemas tipológicos convencionales en los que encajar el amplio repertorio de estancias que demanda el programa doméstico burgués.
La parcela tiene unos 24 m de fachada por unos 50 m de fondo, atravesando toda la manzana de lado a lado y con medianeras en los dos lados largos. Esta inserción en la forma urbana da lugar a una implantación muy racional que se organiza con dos crujías continuas y adosadas a las medianeras definiendo un ámbito central donde se suceden en perpendicular: las dos crujías de fachada; el patio porticado principal con galería -prácticamente cuadrado-; tras el que se disponen dos nuevas crujías donde se ubica la escalera principal y otros accesos; una logia, más un segundo patio sin galerías y abierto a la calle trasera. La diferencia de cota de 4,9 m entre la calle Real y la calle Mayorazga se aprovecha en el proyecto para encajar una planta de establos, cocheras y almacenaje y almacenaje de servicio al palacete, a nivel de la calle trasera.
Esta organización de las crujías, heredadas de la cultura edificatoria de los maestros de obras de la ciudad, conduce en este palacete a una contradicción irresuelta. Una vez desarrolladas en las medianeras las crujías laterales, en el patio sólo queda espacio para dos arcos, lo que obliga a colocar un pilar en el centro, que quedaría interpuesto en el eje del acceso a la casa, de no ser por el falseamiento compositivo de la simetría de la fachada al introducir un paño ciego en su lado derecho, para así desplazar el supuesto eje de simetría en el que se encaja la portada y el balcón y consecuentemente el zaguán de ingreso al patio.
La escalera principal, que conecta las dos plantas de la casa, también plantea problemas compositivos derivados de su escaso nivel de integración con las diferentes partes del conjunto. Ubicada en el patio, frente al eje definido por el acceso principal, no establece relaciones geométricas ni con la arquería, ni con el eje del zaguán. La crujía donde se confina no le permite además un desarrollo suficiente, obligándola a desplegar un cuarto tramo de peldaños, que invade parte de la galería y sube contra la bóveda del tramo superior de la escalera.
En general, el palacete debe más al saber edificatorio de los maestros de obras de la bahía del siglo XIX que a la cultura arquitectónica ecléctica.
El patio como espacio central y más representativo de la casa no es el punto de partida de la geometría que organiza el palacio con los ajustes necesarios en los descuadres en los linderos, sino que se convierte en el lugar que absorbe las irregularidades de una parcela en la que las medianeras son casi paralelas, y la fachada casi perpendicular, pero sin llegar a serlo, quedando así al margen de toda la tradición tipológica iniciada en el siglo XVIII con la arquitectura ilustrada.
La solución adoptada se organiza tomando como referencia la escalera principal, que a pesar de no cumplir ninguna normativa es evidente su posición estratégica como elemento articulador entre las plantas y entre los patios.
Desde esa posición baricéntrica, de la escalera principal y correspondiendo a su sección transversal situamos las nuevas escaleras y los sistemas de circulación vertical, tanto referente a los ascensores como a los sistemas de instalaciones (aire acondicionado, electricidad, datos, BIEs, y abastecimiento). Junto a los núcleos, y por tanto disfrutando también de su centralidad, en un espacio muy desfavorecido por su posición en el tipo, se sitúan los aseos, cuartos de limpieza y mantenimiento. Este es el corazón de la intervención que recorre en vertical todo el edificio desde la planta -1 hasta la cubierta. Con la capacidad de organizar el edificio en cuatro zonas equivalentes de espacios administrativos de alta flexibilidad. Poniendo en carga todas las partes del edificio, incluida la crujía logia del patio trasero.
La posición asimétrica de la escalera imperial se aprovecha para ubicar en el flanco sur donde hay más espacio una escalera de conexión directa con la planta -1, integrando así más fluidamente las “dos plantas bajas públicas” de la casa, una vez que la zona trasera se equipa con un patio de uso colectivo poli-funcional.
En la crujía sur de la planta -1 se propone la introducción de un forjado intermedio que permita introducir espacio adicional de archivo en el edificio. Este espacio no habitable tendría una altura muy limitada, pero habilitaría a cota del patio inferior todo el equipamiento de aseos necesarios para complementar su uso. Para tener gálibo suficiente se aprovecha la pendiente de la calle Mayorazga –desciende unos 35cm de norte a sur-, para llevar la altura de piso de 4.90 a 5.08, sin que ello suponga quedar por debajo del nivel de la calle. Aprovechando la diferencia de unos 18cm de altura entre los accesos exteriores para montar un pequeño estrado bajo la zona de galería cubierta del patio, donde se recoge el techo retráctil.
La crujía norte del nivel -1 se reserva integralmente para clima y electricidad, ubicándose las UTAs que sirven a las crujías norte y sur en sendas trincheras montadas sobre los aseos de planta 1º en semi-planta con la cubierta, y a nivel del primer descanso de la escalera de tres tramos que conecta ambos niveles. Las unidades exteriores del sistema de climatización se sitúan adyacentes a la caja de escalera bajo el forjado de su castillete y defendidas visualmente por una envolvente de lamas.